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“Ahora bien –
añadirían
, otra cosa es el „origen‟ del mensaje. Porque al ser
un simple instrumento, lo que se decodifica puede tener diversos orígenes, diversasfuentes de emisión. Y ahí está el problema. Es decir, a través de la ouija puederecibirse el mensaje telepático de otro ser humano de la Tierra, de un espíritudesencarnado, manifestarse el subconsciente de uno o varios de los presentes, proceder la información del inconsciente colectivo, del llamado registro akáshico o,¿por qué no?, de un ser humano vivo que emite su mensaje desde otro planeta; noshan dicho siempre que para la telepatía las distancias no existen, que la transmisiónes prácticamente inmediata. El problema, pues está en saber discernir si quien seidentifica es realmente quien dice ser, porque un desencarnado, por ejemplo, lomismo puede hacerse pasar por un personaje histórico famoso fallecido que por la
Virgen o por un extraterrestre. Pero esa es otra cuestión.”
Dejemos aquí la explicación. El lector podrá conocer con mayor profundidadel proceso de transmisión telepática y tener respuesta a muchas de las dudas queseguramente le habrán surgido, leyendo la entrevista.
En todo caso, lo dicho es suficiente para explicar someramente que el “canal”
que
ha de ser “limpiado” o “pulido” no es sino la “onda” de emisión
recepción. Y,en ese sentido, conviene adelantar que
–
siempre según se le explicó al grupo
cadaser humano posee una frecuencia mental única y exclusiva, como únicas y exclusivasson sus huellas dactilares; de ahí que un ser humano mucho más evolucionado pueda
“sintonizar” con la onda de otro cuando desee. Claro que en ese proceso de conexión puede haber “interferencias”, especialmente al principio de los contactos, cuando las
mentes se dispersan con facilidad y se pierde la concentración, ocasiones en las que,
entre frase y frase del mensaje telepático, pueden “colarse” varias palabras –
o frasescompletas
procedentes del subconsciente de alguna de las personas presentes y, enespecial, de qui
enes posan los dedos en el vaso. Lo mismo que puede “colarse” en la
comunicación, interfiriendo la misma, algún desencarnado. Por eso la necesidad de practicar durante semanas, meses y, en ocasiones hasta años, antes de que uno puedaestar seguro de que el
“canal” está “limpio” de “interferencias” y el mensaje pueda
tomarse con el rigor y la seriedad que entonces ya merece.
En suma, el hecho de que la ouija no sea sino un mero “instrumento” supone
que no tiene por qué ser
–
y de hecho no lo es
el único medio. Nuestra mente puede
también decodificar un mensaje mediante la psicografía, también llamada “escrituraautomática” (precisamente porque, como ya hemos explicado, el cerebro la efectúade manera “inconsciente”). Para el lector profano, indicaremos sólo
que esta técnicaconsiste en tomar un bolígrafo en la mano ante un papel en blanco o cuaderno, relajar la mente en algún lugar tranquilo
–
preferiblemente también libre de aparatoselectromagnéticos que pudieran interferir
y dejar a aquel con quien quiera contactar
–
un familiar o amigo que esté durmiendo en ese momento y, en consecuencia, tenga
el consciente “cerrado”, un desencarnado, un extraterrestre, su propio “yo superior”,
un espíritu, etc.
y pedir que se comunique con él. Si el proceso funciona, la mano
–
sin que él intervenga conscientemente para nada
se pondrá a escribir sola sobre el papel con una caligrafía ajena, distinta a la propia; primero con mucha lentitud, luegocon mayor soltura. Proceso que puede tardar en desarrollarse con fluidez pocas omuchas sesiones, lo que dependerá de diversos factores personales que no es ahora elmomento de explicitar. En cualquier caso, no está de más reiterar que no debe
hacerse mucho caso, al principio sobre todo, de la “personalidad” real de quien se
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